lunes, 19 de septiembre de 2011

Mes 7- Plantas que nacen de humanos

1. El árbol pehuén

Leyenda chilena escrita por Ute Bergdolt de Walschburger.

A los araucanos no les gustaba permanecer en un mismo lugar. En un crudo invierno el esposo de Nuike salió de casa y con el pasar de los días no regresaba, su hijo le pidió permiso a la madre para salir a buscarlo. Con temor la mujer finalmente accedió, proveyéndolo de comida y bebida y recomendándole que se guareciera bajo un árbol pehuén. Al caer la noche el niño así lo hizo y cuando el frio amenazaba con dormir al muchacho y guiarlo a la muerte “el árbol se movía tirándole nieve a la cara para despertarlo”. El niño bebió chicha toda la noche, compartiéndola con el árbol. A la mañana agradeció al pehuén y le colgó su gorro en señal de agradecimiento. La noche siguiente lo guió a la hoguera que habían encendido unos guerreros de otro pueblo. Cuando se durmió, los hombres saquearon al joven, quien, a punto de morirse por el frio, “en su soledad y su desamparo le rogó al árbol que lo ayudara. Él árbol entendió su súplica. Sacudió su copa y empezó a sacar las raíces del suelo sin que se dañaran”. El pehuén protegió al muchacho y le brindó sus frutos. La madre decidió salir de su tienda y buscar a su hijo y lo halló bajo las ramas curvadas del árbol. Llevaron al pehuén junto a su toldo y lo plantaron nuevamente. “Fue así como el pehuén les enseñó a los araucanos a quedarse en un solo sitio y a vivir como campesinos”.

6 comentarios:

LSM dijo...

Desde siempre Nguenechén hizo crecer el pehuén en grandes bosques, pero al principio las tribus que habitaban eses tierras no comían los piñones porque creían que eran venenosos.

Al pehuén o araucaria lo consideraban árbol sagrado y lo veneraban rezando a su sombra, ofreciéndole regalos: carne, sangre, humo, y hasta conversaban con él y le confesaban sus malas acciones. Los frutos los dejaban en el piso sin utilizarlos.

Pero ocurrió que en toda la comarca hubo unos años de gran escasez de alimentos y pasaban mucha hambre, muriendo especialmente niños y ancianos. Ante esta situación los jóvenes marcharon lejos en busca de comestibles: bulbos de amancay, hierbas, bayas, raíces y carne de animales silvestres. Pero todos volvían con las manos vacías, pareciendo que Dios no escuchaba el clamor de su pueblo y la gente se seguía muriendo de hambre.

Pero Nguenechén no los abandonó, y sucedió que cuando uno de los jóvenes volvía desalentado se encontró con un anciano de larga barba blanca.

- ¿Qué buscas, hijo? -le preguntó
- Algún alimento para mis hermanos de la tribu que se mueren de hambre. Pero por desgracia no he encontrado nada.
- Y tantos piñones que ves en el piso bajo los pehuenes, ¿no son comestibles?
- Los frutos del árbol sagrado son venenosos abuelo -contestó el joven.
- Hijo, de ahora en adelante los recibiréis de alimento como un don de Nguenechén. Hervidlos para que se ablanden o tostadlos al fuego y tendréis un manjar delicioso. Haced buen acopio, guardadlos en sitios subterráneos y tendréis comida todo el invierno.

Dicho esto desapareció el anciano. El joven siguiendo su consejo recogió gran cantidad de piñones y los llevó al cacique de la tribu explicándole lo sucedido. Enseguida reunieron a todos y el jefe contó lo acaecido hablándoles así:

- Nguenechén ha bajado a la tierra para salvarnos. Seguiremos sus consejos y nos alimentaremos con el fruto del árbol sagrado que sólo a él pertenece.

Enseguida comieron en abundancia piñones hervidos o tostados, haciendo una gran fiesta. Desde entonces desapareció la escasez y todos los años cosechaban grandes cantidades de piñones que guardaban bajo tierra y se mantenían frescos durante mucho tiempo. Aprendieron también a fabricar con los piñones el chahuí, bebida fermentada.

Cada día, al amanecer, con un piñón en la mano o una ramita de pehuén, rezan mirando al sol: "A ti de debemos nuestra vida y te rogamos a ti, el grande, a ti nuestro padre, que no dejes morir a los pehuenes. Deben propagarse como se propagan nuestros descendientes, cuya vida te pertenece, como te pertenecen los árboles sagrados".

Fuente: www.patagonia.com.ar

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

EL PEHUÉN

El Pehuén es un arbol de origen muy antiguo que se remota a la epoca de los dinosaurios con una capacidad de supervivencia a toda prueba. Es tan antiguo que se han encontrado formas fosilidadas de un periodo muy temprano inclusive en Europa; lo que nos da una idea de su anterior extension por el mundo para finalmente echar raices en las tierras cordilleranas mas al sur del sur. El pehuen reconoce como su hogar las tierras de Chile y Argentina donde se lo encuentra hasta los 2000 metros de altura. Los inglese lo han cultivado como planta ornametal para sus mansiones y los jardines botanicos del mundo lo han rescatado como ejemplar curioso para sus colecciones de plantas exoticas. El lugar donde el pehuen se siente mas a gusto es el Chile precordillerano donde vive en armonia con el pueblo Mapuche que lo quiere y lo cuida. El pehuén resiste la rudeza del clima y la dureza del terreno creciendo en zonas rocosas y arenosas, resiste a la fuerza del fuego y renace de las cenizas cual ave fenix. Su madera en dura y resistente por eso es muy codiciada por la industria del mueble.
Este arbol milenario ha sido bautizado bajo el sistema binomial como Araucaria araucana siguiendo la nomenclatura establecida por Von Lineé que tuvo la ocurrencia de querer estblecer un orden en la naturaleza y sus especies. Si siguieramos un raciocinio logico deberiamos llamar a este arbol de otra manera, por ejemplo: Pehuen piñorero, Pehuen mapuche o Piñonero mapuche. La verdad que este nombre hace alusion a un pueblo que erroneamente se ha llegado a conocer como “Araucano”, pues el conquistador español asi lo quizo. Un nombre que es dificil de explicar y relacionar con el entorno donde vivía y vive este pueblo. Ellos prefieren responden al nombre de Mapuche, un nombre facil de explicar y de comprender con una raiz natural: Gente de la tierra. Este pueblo o gente de la tierra es uno solo socio-, politico- y culturalmente por asi decirlo, estrechamente relacionado en un pueblo-nacion, con un territorio comun y una frontera natural que se extiende al sur del rio Bio-Bio. Las etnias de este pueblo, si asi se les puede llamar, eran varias. De acuerdo a su ubicacion geografica se distinguian entre otros los Pehuenches o gente del Pehuen y que vivian y viven en los faldeos cordilleranos en armonía con su entorno. Otro tanto ocurria con la gente de la costa, la gente del sur, la gente del norte y la gente del valle que respondian geograficamente a distintas denominaciones pero que formaban y forman parte del único y vigente pueblo Mapuche.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

Continuación

Los Mapuches, al igual que el Pehuen, se ramifican como un frondoso arbol en un sinnumero de ramas que se mantienen unidas por la fortaleza de su tronco, enraizado a la madre tierra que garantiza su sustento, supervivencia y subsistencia. El pehuén es un arbol sagrado para los Mapuches asi como lo es el arbol del Canelo para la Machi; en realidad la naturaleza en si es sagrada para los pueblos originarios que ven en ella la razon de su existencia. Sin la naturaleza no existiría la vida sobre esta tierra y sin la diversidad de sus especies tampoco existiría el hombre. Esta ecuación la han aprendido los pueblos originarios desde muy temprano y con muy pocas excepciones han tratado de reponer lo que han tomado prestado de ella como verdaderos e innatos naturalistas. El Pehuén ha sido desde siempre el arbol protector de los Pehuenches que les ha garantizado la subsistencia ofreciendole sus frutos en forma de semillas comestibles ricas en carbohidratos, minerales y proteinas.

El Pehuén es llamado arbol del pan o pino del pan, en otras latitudes debido a que el contenido de sus grandes frutos tiene esa apariencia y consistencia. Es un arbol grande que, puede alcanzar entre 30 y 40 metroe de altura, con un frondoso ramaje distribuido en anillos armoniosos ubicados con geometrica regularidad a lo largo de su tronco espinoso. Las hojas son dusimas, de tamaño mas bien pequeño y terminan en una punta semejante a una aguja. En su follaje se puede encontrar piñones que contienen hasta 2000 semillas comestibles. En los veranos el pueblo Mapuche o su rama Pehuenche se desplaza, como pueblo nomade que es, hacia los faldeos precordilleranos para recoger el fruto del Pehuén que generoso comparte con esta gente de la tierra sus frutos nutritivos. Los Pehuenches se alimentan del piñon consumiendolo en forma cocida o tostada, en forma de harina o de pan, como base de guisos y tambien en forma de vino. Su sabor se puede asociar, con buena voluntad, al de las castañas.

El pehuen ha sobrevivido cataclismos geologicos en un periodo de inquieta actividad volcanica en la cordillera de los andes por alla por el denominado periodo terciario, siendo contemporaneo con los dinosaurios. Demora aproximadamete seicientos años en desarrollarse hasta su edad madura o de adulto completo encontrandose ejemplares que sobrepasan los mil años.
Jorge Hernandez

http://www.atinachile.cl/content/view/23290/El-pehuen.html

Saludos para todos y buena semana.

Anónimo dijo...

Cuenta la leyenda, que después que el pehuén salvara al niño, la tribu resolvió llamar a aquel lugar “Niuque” (madre), el mismo nombre con que el muchacho había llamado al árbol en su desesperación y el nombre quedó por muchos años.
Hasta que un día llegaron los “huincas” blancos, quienes, no conociendo la hermosa historia del “pehuén” andante, ni menos el origen del nombre. lo cambiaron por el de Neuquén… que siempre significa madre para los mapuches. Sin embargo, muchos nativos la siguen llamando “niuque”, aferrados a sus tradiciones milenarias. De las semillas desprendidas de los sabrosos piñones del árbol que salvó al hijo y los condujo después, junto con la madre, hasta cerca de la cordillera. nacieron infinidad de árboles que formaron los bosques de hoy y de los que muchos persisten, desde cerca de Zapala hasta el Norte, y no sólo embellecen los panoramas con su porte elegante y dan alimento natural a la población, sino que mantienen viva la leyenda de su origen milagroso.
Silvana F.

Anónimo dijo...

El pehuén o araucaria es un árbol sumamente particular, pero quizás su característica más peculiar resida en que crece casi exclusivamente (con muy escasas excepciones) en una zona cordillerana que abarca desde la región de Copahue hasta el lago Huelchulafkeñ. Esta circunstancia ha hecho que una rama de los mapuches, habitantes de la zona mencionada, recibieran el nombre de pehuenches, precisamente por venerar a dicho árbol, y tener a sus semillas como fuente principal de alimento.
Debajo de su copa de sombra generosa, junto al grueso tronco que les proporcionaba abrigo de los duros vientos cordilleranos, los grupos se reunían para sus camarucos y brindaban a los dioses sus ofrendas de carne, sangre y humo, y colgaban de sus ramas sus muestras de agradecimiento y devoción.
Daniela G.

Anónimo dijo...

Algunos árboles históricos y mitológicos que están sembrados por el mundo:
- Yggdrasil: es un fresno perenne: el árbol de la vida, o fresno del universo, en la mitología nórdica. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos: Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspellheim, Svartalfheim, Alfheim, Vanaheim y Jötunheim.

-Árbol de Bodhi: Siddhartha Gautamá se sentó bajo este a meditar en el siglo VI A.C. hasta alcanzar la iluminación.

-Árbol de la vida (Cábala): Está compuesto por 10 esferas (sefirot) y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado (sefirá) que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo.

Muy buenos los aportes que han hecho, así que como no pude enriquecer más al Pehuén, comenté sobre algunos de sus parientes lejanos.

Saludos. Guris, Juan.